Creo que fue en tercero medio cuando la prueba coeficiente dos de lenguaje era escribir una especie de novela. Algunos odiaron ese trabajo, otros felices comenzaron a escribir historias y versos baratos. En esos tiempos sentía que poseía cierta facilidad por escribir y sobre todo, describir historias. Iba a un taller en el colegio donde al ver imágenes debíamos inventar hasta cansarnos. Todas esas cosas quedaron en manos de la profesora, y yo; sólo con los recuerdos.

El otro día encontré el trabajo, la portada podría haber sido mejor tratada. Al igual que el título. Nadie es capáz de aguantar tanto sufrimiento. Recuerdo que al final dos protagonistas que no se conocían terminaban por matarse el uno al otro. La voy a sacar y re leer. A veces eso me da verguenza, leer lo que antes uno escribía. Es raro, porque uno ve claramente los cambios y llega a provocar escalofríos.

Empezaba con un desastre. Ante la demora en la atencion de la psiquiatra de la protagonista, ésta en un acto desesperado entra repentinamente a la consulta para exigir que la atiendan y se encuentra con otro paciente intentando abusar sexualmente de la médico. Terrible. Ahora que lo pienso, una idea terrible. Obviamente la protagonista quedó totalmente choqueada y salió corriendo. En eso se encuentra con un amigo. Y esa es otra historia terrible, no tanto por su contenido dentro de la "novela" sino porque lo que escribí luego sucedió. Puras cosas TERRIBLES. Es maestra esa palabra.

Que TERRIBLE no poder despegarse un poco de uno mismo cuando se quiere escribir. Siempre queda un poco de historias personales cuando se inventan situaciones ajenas.

Menos mal que deje de ir al psiquiatra, quizás con que me hubiese encontrado

De la palta siempre he evitado esos hilitos, y del tomate; las pepas. A veces se me olvida o me hago la tonta para seguir comiendo. Los esparragos me gustan enteros, aunque cueste masticar la parte de abajo.

Cuando fui a los scout tenía una amiga que se llamaba Fernanda y con voz de española me decía ¿Comiste tus vegetales hoy?. Y yo, para variar no paraba de reir.

A mi mamá le llegó un correo que decía "Sea propietario de un pedazo de cielo", y a mi me da nervios presionar sobre el aviso porque quizás que va a salir, partiendo por el titulo del correo.

Las salas de estudio se encuentran tres pisos bajo tierra. No sé a cuantos metros estoy. La gente camina sobre nosotros, las micros pasan por encima pero no tanto. Que miedo cuando uno se pone a pensar bien las cosas.

Algunos se rien solos en la calle, otra saluda al cielo (L). Yo me he encontrado repitiendo palabras, las cuales me agradan más por el sonido que por como se escribe. O por las dos cosas. La preferida de esta semana es pichiruchi. Pronunciar mucha U y mucha I hacen que uno ponga la boca de una forma chacal (maravilloso! ocupé la palabra chacal!!). Me gustaría ocupar pichiruchi como sobrenombre, pero busqué en google y dice que su significado es algo de poco valor. Fome decirle así a alguien entonces.

Por ahora, pichiruchi no más.